domingo, 25 de agosto de 2013

Transporte Público Parte 2: El Metro


Me gusta mucho el metro en Santiago. Aunque no hay un horario fijo de trenes, o por lo menos ninguno de que yo sepa, vienen cortos trenes muy a menudo. Vienen tan frecuentes que en realidad no hay que esperar mucho.

Una de las cosas que noté cuando iba a reuniones justo después de mudarme con mi familia fue que durante la mañana se puede escuchar canciones por el altavoz. La primera mañana que oí música fue la canción temática de la película Piratas del Caribe. Empecé a sonreír el momento que lo oí porque fue una buena manera de empezar mi día. 

Otra cosa, es que en todos los metros que he ido, y de que me he dado cuenta, por ejemplo en Washington DC, Nueva York, y Boston, hay varios vagones del tren del metro y no se puede pasar de un vagón a otro después de montarse. Acá en Chile no es así. Es como si hay varios vagones que están conectados y puedes caminar de un lado al otro extremo del tren porque los vagones están juntados. El otro día, había un hombre que estaba caminando justo detrás de nosotras y quisimos alejarnos de él, pero después de montar el tren nos dimos cuenta de que no nos podíamos alejar tanto como queríamos. Lo bueno es que se fue nos dejó en paz.

Lo bueno de no viajar en el metro mucho es que en las horas altas hay muchísimas personas y la verdad es que no entiendo como puede haber tantas personas. Las colas son increíbles. Lo malo de eso es que no caben todas las personas. Y cuando no hay espacio pasan cosas malas porque las personas no tienen donde agarrar. No tengo una solución, solo que haya más vagones o trenes, pero por ahora esta bien.

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